miércoles, 15 de abril de 2015

CLIMA

Carora se sitúa a unos 419 metros sobre el nivel del mar. El ambiente general de la depresión es árido cálido, con una precipitación promedio anual de 734,68 mm y una evaporación media anual de 3.058 mm. La temperatura promedio es de 36,2 °C.

GASTRONOMIA

La ciudad de Carora, así como sus alrededores, tiene una gastronomía bastante variada. Sus platos representativos son:
tostadas caroreñas
lomo prensado
patas de grillo o pata e' grillo (carne mechada frita).
mondongo de chivo (sancocho hecho con panza, patas y cabeza de ganado caprino).
granizados de mamón
En la vecina población de Altagracia es muy conocida la «parrilla de siete montes», la cual consiste en siete tipos de carne asadas a la parrilla (res, cerdo, pollo, ciervo/venado, conejo, iguana y cabra; ocasionalmente se añade serpiente).

LA RAZA CARORA

      Originaria de Carora, Estado. Lara, Venezuela, producto del cruce de los bos taurus;  Criollo Amarillo de Quebrada Arriba (capacidad de adaptación al trópico y con buena producción de leche) y Pardo Suizo.  La selección natural privilegió los genes de:  rusticidad, mansedumbre, fortaleza, vigor, buena reproducción, capacidad de soportar el clima y aprovechar los forrajes tropicales.
La Asociación de Criadores (ASOCRICA) y el Centro Genético (CIAC); implementan el Programa de Mejoramiento Genético de la Raza Carora (PMG) para consolidarla como una “raza lechera tropical”.  El uso de las herramientas:  modelo animal para obtener índices de toros y vacas, prueba de parentesco, selección de toretes en prueba de progenie, control de consanguinidad, apareamientos dirigidos y las investigaciones de stayability, termoregulación, carácter largo de pelo, desarrolladas en conjunto con la Universidad de Milán (Italia) , en la persona del Dr. Franco Cerutti D.  Además la asesoría permanente por parte de Las Universidades Venezolanas, Universidad Lisandro Alvarado (UCLA), Universidad Central de Venezuela (UCV) y Universidad del Zulia (LUZ), con la presencia de reconocidos investigadores venezolanos, tales como el Dr. Martín Hahn K. garantizan la seriedad de los resultados obtenidos a la fecha.  

jueves, 9 de abril de 2015

Deportes

Deporte

En Carora se fundó unos de los equipos de béisbol con mayor tradición en Venezuela, los  Cardenales de Lara, el cual tiene en la actualidad su sede en Barquisimeto Sin embargo, nunca más se realizaron juegos en el estadium Antonio Herrera Gutiérrez de Carora.

Además la ciudad cuenta con un amplio gimnasio de baloncesto, construido para la realización de los Juegos Juveniles Lara 2001, el Gimnasio Cubierto «El Pentágono». 

jueves, 26 de marzo de 2015

Leyendas Caroreñas


Leyendas Caroreñas

En la Colonia, Carora fue, como todas las ciudades y aldeas un sitio de paz, de tranquilidad, de vida familiar, monótona, religiosa, de buenas costumbres. Siempre ha sido religiosa, donde se practican las enseñanzas de Cristo, donde reinaba la honestidad de sus habitantes junto con una moral estricta y un sentido firme y único de la justicia. Para mediados del siglo XVIII existían en Carora cuatro hermanos de apellido Hernández Pavón y dos alcaldes: Don Adrián Tuñón de Miranda y Don Tiburcio Riera.
Los hermanos Hernández se dedicaban al contrabando con Coro y esto alcanzó tal magnitud que intervinieron las autoridades respectivas y ordenaron perseguir y acabar con tal contrabando.
Los dos alcaldes lograron sorprender a los hermanos Hernández e hicieron preso a uno de ellos, teniéndolo, en calidad de detenido. Los otros tres hermanos procedieron al rescate, atacaron la casa de la policía, dieron muerte a un soldado y liberaron a su hermano. Esto lo hicieron aprovechando la siesta de los caroreños.
Los cuatro hermanos, envalentonados se descuidaron, parece que se tomaron unas copas lo que dio tiempo a que los alcaldes reunieran sus fuerzas y los atacaran. Las fuerzas del gobierno eran superiores y los Hermanos Hernández Pavón no les quedó otro recurso que refugiarse en el convento de Santa Lucía, que estaba situado en la calle Falcón, por los lados del Pajón. En este tiempo los conventos gozaban de inmunidad, no se podían allanar sin tramites muy complejos, pero los alcaldes y sus fuerzas enormemente indignados llegaron al convento y cuando el Prior se negó a entregar a los refugiados amenazaron con destruir las puertas con hachas y entrar ellos mismos y sacar los refugiados. En vista de esto, el Prior tuvo que ceder y entregar a los fugitivos bajo protesta por el sacrilegio que significaba forzar la entrada de su Convento.
Los cuatro hermanos fueron llevados a la Plaza Mayor (hoy Bolívar) y ejecutados en el acto.
Esto para la Carora de entonces, pequeña villa recoleta, respetuosa con las Autoridades y con Santo Temor de Dios, fue un escándalo que produjo asombro, ira y miedo colectivo. Al no explicarse porque hubo cinco muertos, blasfemias, irrespeto a la Casa de Dios y a sus servidores consagrados apelaron entonces a las fuerzas sobrenaturales y se creó la leyenda de que en Carora el Diablo andaba suelto.
El destino que corrieron los Alcaldes no pudo ser menos dramático: Don Tuñón de Miranda huyó al nuevo Reino de Granada, y con otro nombre, se radica en Tunja y Don Tiburcio Riera, fue preso, juzgado y sentenciado a muerte ejecutada en la Plaza de La Guaira, en una de cuyas mazmorras estaba detenido.
El caroreño cuando se asombra y quiere ponderar algo muy grande dice: ¡AH DIABLO!.

La Maldición del Fraile

En 1859 fue expulsado del territorio fray Ildefonso Aguinagalde, también conocido como Papa Poncho, o como el Fraile. Además se dice que llegó a Carora en donde fue cura párroco de la iglesia y se cuenta que cuando le llevaban a alguien para hacerle los oficios fúnebres preguntaba que quien era y a que partido perteneció. Si le contestaban que había sido conservador, al tiempo de asperger el agua bendita murmuraba entre dientes: «¡Agua bendita perdida, alma de godo no se salva!».
La expulsión tuvo carácter vejamen pues fue montado en un asno hembra, con la cara mirando la cola del animal, es decir, montado al revés. Así fue llevado, en medio de burlas y risas hasta los límites de lo que abarcaba el territorio. Al llegar aquí, es decir, al límite territorial, el fraile fue apeado y entonces se quitó las sandalias, las sacudió, chocando una con otra y dijo que lo hacía para no llevarse ni un gramo de polvo de este territorio. Después se volvió hacia donde quedaba Carora y pronunció estas palabras: «¡Malditos sean estos godos hasta la quinta generación!». Esto se conoce como la maldición del fraile. Desde entonces, todo sería aciago, toda tragedia que afecte a una de estas familias, exclaman: «¡Es la maldición del fraile!».